Sunday, October 25, 2009

El desarrollo como una emergencia sistemica


El concepto de desarrollo ha venido experimentando cambios y ajustes a medida que se le identifica como distinto, complementario y no circumscrito solo al crecimiento economico. Una de las definiciones que creo es bastante completa indica:

“(...)hoy el desarrollo es entendido como el logro de un contexto, medio, momentum, situación, entorno, o como quiera llamarse, que facilite la potenciación del ser humano para transformarse en persona humana, en su doble dimensión, biológica y espiritual, capaz, en esta última condición, de conocer y amar. Esto significa reubicar el concepto de desarrollo en un marco constructivista, subjetivo e intersubjetivo, valorativo o axiológico, y, por cierto, endógeno, o sea, directamente dependiente de la autoconfianza colectiva en la capacidad para ‘inventar’ recursos, movilizar los ya existentes y actuar en forma cooperativa y solidaria, desde el propio territorio (...)”

En el trabajo que se presenta aca, el autor plantea una hipótesis audaz que podría tener considerables impactos tanto en el pensamiento teórico como en la práctica del desarrollo territorial. Sostiene que el desarrollo territorial debe entenderse como una propiedad emergente, como una emergencia sistémica de un sistema territorial complejo y con elevada sinergía. Ésta es una propuesta completamente opuesta a la práctica corriente de políticas y planes de fomento del desarrollo a escala subnacional, implícitamente basada todavía en un enfoque tipo “incrementalismo disjunto” de Chalers E. Lindblom. Este enfoque indica cambios graduales, politica tambien se conoce como "Gradualismo" buscando un avance "evolucionario" (en el mal entendimiento de este término) mas que "revolucionario".

Si la hipótesis pasa los filtros metodológicos usuales, habría que reentrenar radicalmente a los responsables de estos procesos, familiarizándolos con la teoría de sistemas, con la sinapsis neuronal, con la sinergía, con la lógica difusa, con la irreversibilidad temporal, con el caos, etc., con todo lo que aparece detrás de las propiedades emergentes, y habría que reformular también de forma radical la estructura burocrática y el funcionamiento de los cuerpos políticos y técnicos que se desempeñan en el terreno. El desarrollo hay que reescribirlo en el marco del paradigma de la complejidad, y en un marco humanista y constructivista como el usado por el autor.

Interesante punto de vista y que abre el debate sobre cambios de paradigma necesarios para explorar otras alternativas a lo que ya se conoce, y como bien se sabe, no es lo que necesitamos.

Pueden acceder a este Paper, en castellano, aqui.

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